En este artículo se discute la posibilidad de la naturalización de la filosofía moral a través de la incorporación de los recientes trabajos en neuroética. Aunque de manera preliminar, se puede argumentar que la neuroética puede servir como un anclaje empírico para la justificación de los criterios que toda teoría moral madura debiera pretender. Se defiende la tesis de que toda naturalización debe partir de un concepto naturalista amplio y no estrecho, como se define en la dicotomía ciencias naturales/ciencias humanas. Finalmente, se discuten algunas características de la neuroética, en el sentido de neurociencia de la ética —no ética de la neurociencia—, con relación a la posibilidad de naturalización, advirtiendo las limitaciones actuales y quizás futuras de la extrapolación inadecuada de los hallazgos neurológicos y la interpretación de técnicas como la neuroimagen funcional.
In this article I discuss the possibility of the naturalization of moral philosophy incorporating recent discussions in neuroethics. As a working hypothesis, one could argue that neuroethics may serve as an empirical basis for the moral justification of criteria that any mature moral theory may have. I defend the thesis that any form of naturalization in contemporary science should embrace a form of a broad naturalization in contrast to a strict naturalization which characterizes the classic dichotomy natural/human sciences. Finally, I discuss some characterization of neuroethics, in the sense of neuroscience of ethics—as different to ethics of neuroscience—and its relationship to the possibility of the naturalization of morality, and discuss some reasons to be cautious about the neurological findings and their interpretation particularly with functional neuroimaging techniques.