Resumen:
La simetría del cuerpo, el brillo muscular, la capacidad de aguante y la mítica heroica (y malévola) entran en simbiosis cuando se trata de resistir, proteger, conjurar peligros, derrotar a poderosos rivales, y morir. Son elementos clave de un prototipo de masculinidad, aquel que cimenta su valía en el “aguante” físico, en la sobrecarga del cuerpo para acercarlo a la perfección, y en el poner el pecho ante el peligro. Pues bien: he aquí un repaso por cuatro estadíos de la corporeidad musculada in extremis a partir de cuatro íconos de la fuerza hierática, la invulnerabilidad y el arrase estilo Pánzer.