Resumen:
Tres películas de culto de tres cineastas diferentes: Ida Lupino, Doris Wishman y Sara Driver. No existe relación común entre ellas, salvo modos de producción de bajo presupuesto, pertenecer a la facción de cine independiente estadounidense lejos del canon masculino y ser mentoras de universos narrativos y expresivos fundamentales en sus diversos contextos. El film noir no fue el mismo luego de The Hitch-hiker, ni las aspiraciones lyncheanas volvieron a tener a su discípula Sleepwalk como referente de la escritura automática traducida al cine. Diario de una nudista es quizás reflejo de una época, en su ingenua modosidad a través de un softcore antológico.