Resumen:
La autora explica los principales desafíos que deben superar los elementos táctiles para ser considerados marcas de manera autónoma. En efecto, una marca táctil no debe cumplir una finalidad funcional, debe ser necesariamente distintiva, y debe ser percibida como una verdadera marca. Además, para proteger los elementos táctiles de un embalaje como marca, éstos deben poseer carácter distintivo de modo evidente o intrínseco, y deben ser percibidos por los consumidores como signos o elementos asociados a una marca determinada.