Resumen:
Era el año 1950 y el mundo aún temblaba por la amenaza de, en ese entonces,
una aparente e inminente Tercera Guerra Mundial. En el Perú, Abimael
Guzmán aún era un tierno estudiante y Mario Vargas Llosa comenzaba sus
estudios en el Leoncio Prado. En este mismo año, un sábado de diciembre
aparentemente igual a los demás, surgiría una nueva forma de periodismo en
nuestro país; un monstruo que, como los rayos X y la Coca-Cola, ocurrió por
mera casualidad: la prensa chicha.
Sin embargo, este ensayo no busca estudiar este tema tan manido y fácilmente
criticable. En cambio, se busca explorar las nuevas formas en las que
esta profesión se ha ido desarrollando. Los periódicos chicha son solo uno de
los ejemplos que el Perú tiene para ofrecernos; después de todo, somos un país
mega diverso en las buenas y en las malas (hasta que la muerte nos separe). El
tema de estudio surge en un afán de resaltar las excepciones del nuevo periodismo
en el Perú y, para esto, volaremos una Cometa.