Resumen:
El problema con el censo es que mezcló y confundió raza con etnia. Al referirse a los quechuas y aimaras –por ejemplo– está enfatizando la pertenencia a subculturas específicas. Se evita así el término “indígena” que es racial y, para muchos, peyorativo. Sin embargo, para los afrodescendientes mezcló lo racial (zambo, mulato, moreno) con lo étnico (afroperuano).