Resumen:
El tiempo ha corroborado la injusta invisibilidad e infravaloración de uno de los genios que ha dado el cine italiano. Mario Bava (1914-1980) se consagró en el cine de terror de la manera más honesta posible, ofreciéndole sus grandes virtudes: perseverancia, plena dedicación y sobre todo, agudeza e inteligencia artísticas.