Resumen:
En el ámbito de la moralidad, el Perú es un lugar extraño. Somos un país en el que la gente pide castigos severos y celebra esa versión moderna de las ejecuciones públicas que son las prisiones preventivas; en el que el juez Concepción Carhuancho es muy apreciado por su supuesta valentía y en el que la sociedad civil vocifera sin descanso su indignación.