La comunicación y el periodismo cedieron protagonismo al aceptar
las denominaciones de posverdad y fake news para designar la crisis en la
circulación textual. La omisión desvió la atención hacia una —y no única—
de las dimensiones afectadas. No hay una inundación de textos falsos, sino
fuentes, cuyo origen ha sido o puede ser establecido, que han emitido textos
con contenidos discriminatorios u hostiles hacia terceros, los cuales pueden
encuadrarse en categorías conexas a la desinformación. Desde este punto
de partida, nuestro objeto parece radicado en las dificultades para controlar
una circulación textual descontrolada en un ambiente de plataformas. Este
trabajo, basado en los campos de la ecología de los medios y la mediatización,
propone otro marco de discusión y otro diagnóstico. Se intentará demostrar
que en el nuevo ecosistema no se hacen las mismas cosas, sino que cambian
las modalidades, así como las temporalidades, entre otros registros de
diferenciación. La transición alteró el control del gatekeeping que ejercían las
cabeceras mediáticas e incrementó el tráfico textual, en cuyo flujo se mimetizan
las mal llamadas fake news.
By accepting post-truth and fake news as a valid denomination to
describe the current crisis of news circulation, journalism and communication’s
specialists have given up protagonism. This omission turned attention towards
one —albeit, not the only one— of the dimensions in question. There is no
flood of false texts, but sources that can be, or have been, tracked to its source.
These sources have submitted texts with discriminatory or malicious content
towards others, which can be framed in categories related to disinformation.
From this starting point, our objective seems to be located in the difficulties
regarding the control of chaotic textual circulation in a platform-based
environment. This paper —which is based on the fields of media ecology
and mediatization— propounds a different diagnosis and a different frame
of discussion. We will try to demonstrate that, in this new ecosystem, things
are done differently, and both modalities and temporalities (among other
differentiation registers) change. This transition has altered the gatekeeping
control that was once kept by mainstream media and incremented textual
traffic, opening the gates to the incorrectly called fake news.