Resumen:
"La desintegración de la
Unión Soviética, sobrevenida
en los últimos días de
1991, marcó el término de un
período de setenta y cuatro
años de la historia rusa y el final
del orden bipolar surgido
después de la Segunda Guerra
Mundial. Al mismo tiempo representó,
desde una perspectiva
histórica, la conclusión del
siglo XX, por cuanto la Revolución
de Octubre (1917) –de
la que nació el Estado soviético–
fue el acontecimiento de
mayor influencia en el devenir
político y social del pasado siglo".