Resumen:
"La frase circula en estos días de fiesta futbolera
volanteando decálogos a su paso:
‘‘verdadero hincha’’. Ni más ni menos. Donde
aparece, induce un deber ser y traza las fronteras
más allá de las cuales se pierden el hincha
a secas, el espectador, el peatón desprevenido
y el antifútbol que, por el momento, habita las
zonas frías y oscuras adonde no llega la luz del
Mundial. Por cierto, y esto es sobre todo una
sospecha, se usa ‘‘verdadero’’ en el sentido de
legítimo, prístino en esencia y recubierto por
las credenciales de la corroboración empírica y
las delimitaciones semánticas que la categoría
exige".