Resumen:
Lima Metropolitana está rodeada de ecosistemas de lomas costeras. Sin embargo, son muy pocos los limeños que saben de su existencia —a pesar de que contamos con más de 21 000 hectáreas de estas formaciones—, lo que ocasiona, entre otros factores, que se pierda y degrade el ecosistema. La población no ve lo que hay detrás de la neblina y se mantiene de espaldas a las lomas. Pero ¿cómo un recurso natural de tal magnitud, en una ciudad que demanda áreas verdes, pasa desapercibido para la mayoría? Algunos de los factores son el desconocimiento de la definición de lomas; la estacionalidad y dinámica del ecosistema, difícil de entender; la dinámica poblacional alrededor de ellas, y la desarticulación de los emprendimientos sociales locales para su defensa.