Resumen:
El autor opina sobre la coyuntura política y lo acontecido con la fiscalía. Menciona que la institucionalización es opuesta a la personalización porque la primera refleja regularidad, transparencia, formalidad y predictibilidad. Mientras que la segunda responde a capricho, opacidad, informalidad y eventualidad. En ese sentido, en el caso de los fiscales, deberían hacer tan bien su trabajo que ni lleguen a ser noticia. Es decir, que cumplir con el deber –a conciencia y eficientemente– no sea una escandalosa excepción.