Resumen:
El deporte y la psicología suelen estar más unidos de lo que muchas personas admiten. Es una realidad que el fútbol genera una suerte de colectivismo, además de romper las barreras que tanto nos diferencian en el día a día como el nivel sociocultural y económico (Moran y Toner, 2018). En función a las repercusiones que el mundial puede traer consigo, tenemos claro que existen tanto consecuencias positivas como negativas. La marca que genera el movimiento empresarial en fechas cercanas al campeonato es realmente considerada un estado de crisis (Salgado-Barandela, Barajas y Sánchez-Fernández, 2017). Un momento de cambios donde se ponen a prueba todos y cada uno de los organismos que conforman una institución para enfrentar y solucionar potenciales situaciones conflictivas de maneras creativas y óptimas. Como veremos en el presente trabajo, T, una consultora de recursos humanos pequeña y muy entusiasta, supo manejar dicho escenario de forma heroica y ejemplar, dejando atrás prejuicios y suposiciones que, al contrario de desmotivarla, la hicieron más fuerte y capaz de confrontar todo lo que el mundial de fútbol trajo consigo. La explicación del problema, las tareas y actividades aplicadas al cambio y las recomendaciones hacia futuras situaciones similares, poco pueden expresar el sentimiento de compromiso y fidelidad reflejados en cada uno de los miembros del equipo hacia su querido centro de labores. Y a pesar de no ser el tema central de este documento, cabe resaltar que ese nivel de identificación institucional solo se logra luego de generar un excelente clima y una fuerte cultura organizacional que guíe a las tropas por un mismo camino, sin limitar la individualidad.